jueves, 24 de abril de 2025

AQUELLA GENTE DEL VILLAVICIOSA (684) JUAN VERGARA MONTERO DE ESPINOSA

 
JUAN  VERGARA  MONTERO  DE  ESPINOSA
 
Comandante de caballería del regimiento Príncipe 3º de coraceros, Capitán del regimiento Villaviciosa 6º de lanceros, Veterano de las dos primeras Guerras Carlistas, Cruz de la Orden de San Fernando 1ª clase, Cruz de la Orden de San Hermenegildo.
 
Genealogía
 
Hermano de Joaquín Vergara Montero de Espinosa, coronel graduado teniente coronel de caballería, que estuvo gran parte de su carrera con los de Villaviciosa, asistió a la Vicalvarada, pasó unos años al ostracismo con la toma del poder de O’Donnell, se recuperó, volvió al regimiento y participó en las más famosas acciones bélicas de la llamada Guerra de África.
 
Posiblemente fuese primo hermano materno de José Rubio-Guillen Montero de Espinosa que llegó a ser coronel del regimiento Villaviciosa 6º de lanceros que obtuvo, bajo sus órdenes, la Corbata de la Orden de San Fernando en la llamada “Vicalvarada”.
 
Cronología
 
1836
 
… el 16 de marzo, a las 4:30 de la tarde, aprovechando los carlistas los accidentes del terreno y bosques contiguos al Castillo de la Piedra en el camino de Bilbao, atacó los puestos avanzados de nuestro Ejército, dando lugar a que se mostrase de una manera notable el arrojo y valor de la fuerza que mandaba el teniente Rubio-Guillén Montero de Espinosa. Cubrían dichos puestos avanzados las tropas de la primera columna auxiliar portuguesa al mando del general Das Santas; un batallón enemigo en masa se dirige por el arrecife a envolver la posición por la izquierda, al mismo tiempo que una extensa línea de tiradores sostenidos por otros dos batallones seguían el movimiento por las alturas de la derecha desde las inmediaciones del citados Castillo hasta la elevada montaña de Galvea; en tanto, otro batallón descendía por la parte opuesta del río para atacar por la del arrecife.
     Este combinado ataque hizo que las compañías portuguesas a pesar de hallarse cortadas se tuviesen que replegar, bien que defendiéndose con valor y heroísmo. El barón Das Antas se dirigió al punto atacado con la poca fuerza que reunió en aquel momento seguido de la compañías de referencia del Provincial de Granada, logrando contener por entonces al enemigo y dando lugar a que llegase el 4º Regimiento de Cazadores y el 6º de Infantería portugueses. Entonces el general en jefe Conde de Ezpeleta dispuso que estos dos cuerpos siguieran a su general, y que el coronel Castañeda, con el 1er batallón de Infantería de Zaragoza, subiese por la izquierda del enemigo atacándole de frente por tener este adelantada su derecha y ocupado posiciones ventajosas sin poder contenerles y contrarrestarle nosotros en todos los puntos por no tener fuerzas suficientes.
      En este estado se hallaba la acción cuando llegaron al punto de la refriega el teniente Rubio-Guillén (Montero de Espinosa) y el alférez Vergara (Montero de Espinosa) con 40 caballos del Extremadura, pues el resto estaba empleado de escolta; observan el peligro en que se hallan las compañías portuguesas avanzadas, oyen gritar desde la altura al ayudante del coronel Castañeda, D. Juan de Castro “Cárguese si se han de salvar esas dos Compañías”, y no dudando un momento, sin reparar en lo arriesgado de la empresa, forma el teniente Rubio-Guillén sus 40 caballos en columna de a cuatro, recuerda a su tropa el valor nunca desmentido del 3º de Ligeros y carga y atraviesa por medio del batallón situado en la columna sobre el arrecife matando e hiriendo a gran número de carlistas y haciendo huir a no pocos que arrojaban las armas para hacerlo más prontamente. Desciende inmediatamente otro batallón faccioso desde el monte Galvea y se escurre con la fuerza ya rehecha después de la carga del que estaba en el arrecife y cierran en masa en el mismo sitio para impedir la vuelta de nuestros 40 caballos. El teniente Rubio-Guillén había llegado a su carga hasta la Venta del Mal Abrigo y, no encontrando enemigo, trató de volver por el mismo sitio y lo verificó cargando por segunda vez a la misma fuerza ya reforzada, sobre quién pasó a la ida, y sufriendo el fuego que de derecha e izquierda del camino se le hacía, uniéndose a la columna de que dependía con admiración de esta que creyó perdida en su totalidad la caballería. En esta segunda carga no solo consiguió causar muchas pérdidas al enemigo sin más por la suya que un caballo muerto y tres heridos, sino que aún rescató un sargento y dos soldados portugueses que ya tenían prisioneros los carlistas. Estas brillantes cargas decidieron la acción a nuestro favor, introdujeron el desorden entre los rebeldes que hubieron de pronunciarse en retirada, y salvaron las compañías portuguesas avanzadas.
      Este puñado de valientes fue recompensado largamente siendo recomendado el teniente Rubio-Guillén a S.M. para la efectividad de capitán y proponiéndose al propio tiempo se abriera juicio contradictorio para que pudiera optar a la Cruz Laureada de San Fernando de 2ª Clase, que le correspondía por el distinguidísimo mérito que había contraído; al alférez D. Juan Vergara para la Cruz de San Fernando de 1ª Clase, al cabo de la 5ª compañía Ramón Muñoz, que especialmente se había distinguido al lado del teniente Guillén, le concedió el teniente general la cruz de Isabel II en el acto y, además, el empleo de sargento 2º, y así mismo la situada cruz al Sargento 2º Juan Castilla de la 5ª compañía, al de igual clase Luis Zalazar y al soldado Basilio Moreno de la 3ª y al cabo Antonio Ruiz y soldado Juan Alcañiz de la 2ª, siendo recomendados los restantes individuos al gobierno de S.M. Pero lo que debió galardonarlos más ampliamente fue que al presentarse el teniente Guillén con los valientes que mandaba delante del barón de Das Antas, le dio este general un estrecho abrazo diciendo en voz alta: “Ninguna caballería del mundo podrá hacer más que lo que acaba de ejecutar esta”, y dio un viva que fue repetido por las tropas españolas y portuguesas a la incomparable valentía de sus bizarros soldados. No fue esto todo, el comandante general conde de Ezpeleta después de haber repetido lo que anteriormente dijo el general portugués previno al teniente Guillén decir en su nombre las gracias a los valientes que sin arredrarse a vista de tan superiores fuerzas enemigas las cargaron, arrollaron y dispersaron dando un completo día de gloria a la Reina y a la Patria.
      En estas dos cargas arrojaron los rebeldes gran número de armas que fueron recogidas por nuestra Infantería. El general Castañeda recomendó al comandante general al soldado de este regimiento Antonio González, que tenía de ordenanza, manifestando que siempre que le fue posible marchó delante del Batallón de Zaragoza cargando continuamente solo a los enemigos. Todo lo que llevamos referido consta del parte que el comandante general conde de Ezpeleta dio el 27 de este mes al general en jefe, y por la circular que el inspector general de caballería pasó a los cuerpos del Arma el 26 del mismo, mandando se consignara en la historia de este Cuerpo, para eterna memoria, un hecho de tanto valor y heroísmo y que se expresasen los nombres de todos los individuos que habían contribuido a una acción tan arrojada, siendo los de los que no se premiaron en el acto y fueron recompensados después: de la 2ª compañía, el trompeta Juan Pérez; los cabos segundos José Rodríguez y Aquilino Vargas, y los soldados Juan Álvarez, José Pérez, Vicente Compan, Vicente Broche, Antonio Castro, Isidro Martínez, José María Martínez, Ángel González, Juan Pérez, José Jiménez y Julián Arcas; de la 3ª, los cabos primeros Miguel de la Cruz y José Naranjo, y los soldados Paulino del Rey, Francisco Correas, Benito Gredilla, José Lozano, Nemesio Higueras, Pedro González, Ramón Braojos, Isidoro Gálvez; y de la 5ª, el trompeta Braulio Tobías, y los soldados Francisco Cuesta, Juan Romero, Nicolás Mateos, Antonio Cordón, Antonio García, Antonio Tovar, Antonio Muñoz, José Domínguez y Francisco Reina.
      La circular del Inspector del Arma de fecha 26 de marzo dice así: “Inspección General de Caballería. Por los oficios de V.S. de diez y siete y diez y nueve del actual me he enterado del heroico comportamiento que el capitán graduado D. José Rubio-Guillen teniente del regimiento del mando de V.S., el alférez D. Juan Vergara y los cuarenta hombres montados que aquel mandaba se condujeron en la tarde del diez y seis de este mes en las inmediaciones de la Venta de Mal Abrigo, cargando y destrozando en la estrechez de un camino a una columna compuesta de un batallón de facciosos, que fueron lanceados y acuchillados en terreno difícil por un pequeño número de valientes, que al emprender la acción tan arrojada y con tal alto desprecio de los continuados peligros que los cercaban han probado para siempre cuanto pueden el valor y disciplina, unidos al interés que inspira la salvación de la Patria. El tercero ligero debe con justicia envanecerse de contar en sus filas, tan bizarros oficiales y soldados; la Caballería toda, que tantos ejemplos de heroísmo tiene dados en la actual lucha, se congratulará de que pertenezcan a ella individuos tan valientes; y a mí como a su Inspector General y como al coronel me honro de haber sido de ese regimiento me cabe la doble satisfacción de tenar unos compañeros de armas a quienes el Ejército todo admirará con razón y de los que hará la Historia una particular honorífica y distinguida mención. Manifieste V.S. a dichos oficiales y tropa el distinguido aprecio que me merecen dando en mi nombre con toda la solemnidad posible las más encarecidas gracias al teniente graduado de capitán D. José Rubio Guillen, al alférez D. Juan Vergara, a los sargentos segundos D. Juan Castilla y D. Luís Salazar, a los cabos primeros Ramón Muñoz y Antonio Ruiz, a los soldados Basilio Moreno y Juan Alcañiz, y todos los demás Individuos que asistieron de una manera activa a tan gloriosa acción y cuyo nombre no expreso por ignorarlos. Ínterin S.M. se digne resolver la eficaz recomendación que hago de aquel inimitable mérito, he resuelto que este quede solemnemente consignado en el Cuerpo para eterna memoria a cuyo fin formará V.S. una exacta relación del hecho con expresión de los nombres y compañía, de los oficiales, sargentos, cabos y soldados que tuvieron parte directa en aquella heroica carga, de cuya relación me pasará V.S., un ejemplar que será archivado en esta Secretaría, hará fijar otra en la de Prevención y distribuirá uno a cada compañía con objeto de que su publicidad y continuada lectura sirva de admiración y ejemplo a todos los individuos que existen hoy en al Cuerpo y a los que en lo sucesivo tengan la honra da militar bajo sus estandartes.
     Con fecha de hoy circulo esta orden los Cuerpos del Arma de mi cargo para que participando todos sus individuos de la satisfacción que causa en los de una misma Arma, los hechos heroicos de sus compañeros tributen a los bizarros del “TERCERO” (que tan señaladamente se han distinguido en la tarde del diez y seis del actual) el aprecio y consideración que se merecen los valientes, y tengan entendido que igual honorífica mención he resuelto se haga en lo sucesivo en todos los regimientos de la misma Arma con respecto a loa que alcancen la suerte de señalarse de tan distinguida manera. Hará V.S. pública esta determinación en la Orden del Cuerpo y la comunicará a todos los individuos que se hallen separados de él. Dios guarde a V.S. muchos años. Madrid veintiséis de marzo de 1836. Valentín Ferraz. Al Sr. Coronel del regimiento de caballería de Extremadura 3º Ligero”.
     Alta y preciada honra fue esta para el regimiento, bien que merecida, y más valor la da el haber sido otorgada por el dignísimo general D. Valentín Ferraz de imperecedera memoria para el Arma y cuyo carácter justo pero severo sabía galardonar sin confundir el verdadero mérito del regular desempeño, en toda ocasión y lugar.
 
El Español, 24 de marzo de 1836
… El capitán graduado D. José Rubio Guillen, teniente del tercer regimiento de caballería ligera, con 40 caballos cargó al batallón que estaba situado en columna sobre el camino real, atravesando todo él e hiriendo o matando gran número de facciosos; y cuando parecía estar expuesta esta corte fuerza a quedar prisionera, porque el enemigo, rehecho, volvió a unir sus filas rompiendo un vivo fuego sobre ella, se la ve atravesar otra vez el batallón, sin más pérdida que la de un caballo muerto y tres heridos, trayendo consigo un sargento y dos soldados portugueses que habían caído en poder de los rebeldes. Esta brillante carga introdujo el desorden en la facción, que desde este instante precipitó más su retirada, procurando unirse a lo grueso de sus fuerzas que ocupaba una posición inmediata a la venta del Mal-abrigo; y aunque las tropas que seguían en su persecución no llegaban a la mitad de las enemigas, no vacilaron en atacarlas; pero viendo que se avanzaban demasiado, y siendo ya de noche, dispuse, de acuerdo con el Sr. barón das Antas, replegar nuestros batallones a las posiciones que ocupaban antes del ataque…
… también se distinguieron… del regimiento de caballería 3.° ligeros D. José Rubio Guillen, y el alférez del mismo cuerpo D. Juan Vergara; los sargentos segundos Juan Castillo y Luis Salazar; el cabo 1." Antonio Ruiz, y los soldados Basilio Moreno y Juan Alcañiz, a quien les recomienda dicho teniente; pero singularmente lo hace del cabo primero de la 5ª compañía Ramón Muñoz, de quien dice que no una sola, sino muchas, fueron las acciones de valor que hizo a su lado, y lo hace acreedor a particular recompensa. 



 
1842 
Teniente graduado alférez de caballería del regimiento Lusitania, en la de tiradores del mismo regimiento. [El Archivo militar 15.2.1842].
 
Ambos hermanos ascienden al mismo tiempo.
 
Teniente de la 2ª del de Lusitania capitán graduado sin antigüedad, D. Joaquín Vergara, portaestandarte del mismo regimiento. Teniente de la 5ª del de Lusitania teniente graduado D. Juan Vergara, alférez del mismo regimiento [El Archivo militar 24.2.1842]
 
1844
Al capitán graduado ayudante don Joaquín Vergara, empleo de capitán. Al teniente don Juan Vergara, grado de capitán. [El Boletín del ejército 7.2.1844]
 
1847
Capitán graduado, a mediados del mes de diciembre es nombrado primer ayudante de caballería.
 
1852
La Paz (Sevilla) 14 de julio de 1852
Orden de Plaza de 13 de julio de 1852
Servicio para el día 14
Gefe de día, el comandante don Juan Vergara, capitán de caballería de Villaviciosa.—Parada los cuerpos de la guarnición.—capitán de hospital y provisiones, León. El general gobernador Rodríguez Soler.—Es copia.— El coronel sargento mayor Julian Purdoy.
 
1855
En el mes de septiembre se le declara antigüedad en la Cruz de San Hermenegildo.
 
1860-1862
A mediados del mes de noviembre de 1860  se aprueba la colocación del comandante don Juan Vergara y Montero de Esñpinosa en el regimiento de caballería Lanceros de Santiago nº 12, que estaba mandado por el coronel don José Agudo Hornero.
 
1862-1866
Se incorpora al regimiento Coraceros de la Reina 2º de caballería, que estaba mandado por el coronel brigadier don Agustín Salas Quiroga y, posteriormente, por el coronel don Francisco Keyser Moreno.
 
1866-1867
En el mes de mayo de 1866 es destinado de reemplazo a Lugo, aunque acaba el año en el regimiento Príncipe 3º de coraceros, a las órdenes del coronel brigadier don Carlos García Tassara.
 
1867
En los primeros días del mes de julio de 1867 se le concede el retiro.
 
1876
En abril de 1876 es citado al gobierno militar de Madrid, para recoger documentación e informarle de asuntos que le pueden interesar.
 
1879
En noviembre de 1879 es citado al gobierno militar de Madrid, para recoger documentación e informarle de asuntos que le pueden interesar.
 
Guillermo C. Requena
 
FUENTES:
BNE- Hemeroteca Digital.
BVD- Biblioteca Virtual Defensa.
BOE- Gazeta Colección Histórica.
PARES-Ministerio de Educación
BVPH-Ministerio de Educación

 

 

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